El doctor Jacobo Grinberg neurofisiólogo y psicólogo nos explicada en su libro «El espacio y la conciencia» que el conocimiento se da únicamente cuando el receptor del mismo está preparado para recibirlo. Esta preparación no es otra cosa sino el cierre de un patrón, el que, al completarse, deja espacios neurosintérgicos libres capaces de recibir y manejar información y experiencias novedosas.
Si un patrón no se ha completado y, a pesar de ello, se fuerza la entrada de un nuevo conocimiento, el sistema entra en crisis, la que no es otra cosa más que una saturación debida a un «salto». Por ello, la vida debe ser cursada con paciencia y recorrerse completamente en cada uno de sus niveles.
Así como existen diferentes niveles de conciencia y de individualidad, también existen niveles de patrones. Véase por ejemplo la extraordinaria organización del cuerpo orgánico formado por sistemas congruentes y entrelazados para dar lugar a interacciones productivas y véase la organización del universo y de cualquier sociedad y se comprenderá que similares leyes de organización existen en estos diferentes niveles.
Así, por ejemplo, el cuerpo tiene un sistema de deshecho similar al que posee cualquier ciudad y quizás cumpliendo una función parecida a los asombrosos agujeros negros en el espacio. Un sistema de respiración mimética al de la atmósfera terrestre, con todos sus ciclos de intercambio gaseoso, un procesador central similar en función al de un gobierno de cualquier sociedad, etc.
Una posible representación estructural de estos patrones son los circuitos cerebrales de convergencia y las interacciones morfológicas entre campos neuronales. En términos conductuales, estos patrones se asocian con lo que Jung llamó sincronicidad y el doctor Jacobo Griberg patrones del Ser.
En éstos, a diferencia de las repeticiones inconscientes motivadas por carencias, se establece el diálogo con el mundo y el sujeto que lo experimenta se introduce en una interacción con lo que parecería ser una inteligencia supra-humana y global. Aquí, más que en ningún otro nivel, las experiencias y los datos informacionales aparecen únicamente cuando el sujeto está preparado para recibirlos. En el análisis de esta preparación están contenidos los fundamentos lógicos de la existencia de patrones.
¿ Cuál es el pensamiento íntimo del "Magister Ludi"?
No cabe duda que su experiencia debe trascender con mucho el más complejo pensamiento que cualquier ser humano posee o es capaz de imaginar. Su identidad debe ser la de un sí mismo absolutamente auto suficiente e infinito.
Una sistematización del desarrollo de los diferentes niveles de individualidad-unidad hasta su trascendencia en la conciencia de existencia pura es necesaria aquí. Es posible trazar un desarrollo de la conciencia en el continuo individualidad-unidad en por lo menos diez diferentes niveles.
NIVELES DE CONCIENCIA CONTINUO INDIVIDUALIDAD-UNIDAD
Nivel O. Unidad sin conciencia.
En el primer nivel de existencia no existe separación ni individualidad, sino únicamente experiencia indiferenciada sin ninguna capacidad de «darse cuenta» de lo que esta aconteciendo.
Nivel 1. Sensación inespecífica de existencia separada como individuo, sin conciencia de la existencia de «otros».
En este nivel existe una sensación de existencia separada como individuo, pero sin una clara identidad y una ausencia de una capacidad de análisis o conciencia del carácter o fundamento de la individualidad. En este nivel, el sujeto es completamente inconsciente de la existencia de otras individualidades y, aunque se siente separado de los «otros», no los reconoce ni los percibe como individuos.
Nivel 2. Sensación inespecífica de existencia separada como individuo, con conciencia de la existencia de «otros», pero sin claridad de identificación con estructuras.
En el nivel 2 existe una sensación inespecífica de individualidad semejante pero más desarrollada que en el nivel anterior en el sentido de que aquí, el sujeto tiene conciencia de la existencia de los otros pero con una falta de claridad en cuanto al fundamento o carácter de su individualidad.
Nivel 3. Sensación específica de existencia separada como individuo en identidad con algunas de las siguientes estructuras:
a) Trabajo.
b) Posesiones.
c) Estructura social.
d) Cultura.
e) Aceptación-Rechazo de los «otros».
f) Ideales.
g) Autoridad y capacidad.
h) Religión.
i) Conocimiento y logros.
j) Pensamientos y emociones
k) Cuerpo, sexo, edad y especie
l) Mente.
m) Experiencia (perceptos).
En el nivel 3, el sujeto identifica su individualidad con alguna estructura «externa». Aquí no solamente se siente como poseedor de una individualidad separada, sino que es capaz de identificar su procedencia.
Nivel 4. Sensación específica de existencia separada como individuo en identidad con alguna de las anteriores estructuras con la conciencia de la existencia de los otros también en identidad con estructuras.
En el nivel 4, el sujeto, además de identificarse con una estructura, es capaz de reconocer la individualidad de los «otros» en los mismos términos, poseyendo conciencia de este reconocimiento.
El paso del nivel 4 al nivel 5 es lento, difícil y doloroso. El sujeto se da cuenta que su sensación de individualidad se mantiene a pesar de cambiar de trabajo, de tener más o menos posesiones, de cambiar su estructura social, su cultura, que no depende de la aceptación o el rechazo de los «otros», etc.
Más difícil aún es el alcanzar el nivel en el que no existe identificación con ideales, con capacidades o con una religión. Cada estructura que se trasciende implica una muerte y un renacimiento que el sujeto aprende a reconocer a medida que se repite su «darse cuenta» que su individualidad se encuentra más allá de las estructuras con las que antes se identificaba.
Un sujeto mantiene su conocimiento pero al trascenderlo lo reconoce como relativo. El no es su conocimiento, sino más bien su conocimiento está a su servicio. De la misma forma ocurre con sus «logros». Lo mismo, pero en un grado mucho mayor de dificultad, sucede con el pensamiento. El sujeto sigue pensando, pero se reconoce a sí mismo como dueño de sus pensamientos y no como un esclavo de los mismos. De la misma manera acontececon sus emociones, las cuales ya no lo controlan a él, sino él a ellas.
Nivel 5. Individualidad como Ser sin estructuras, con conciencia de la existencia de otros seres. Conciencia de lo relativo (estructuras) y de lo absoluto (el Ser).
En el nivel 5, el individuo se reconoce como Ser sin estructuras y adquiere la conciencia de que, precisamente el Ser es lo que se conserva como verdadero absoluto, mientras que el resto es temporal y relativo. En otras palabras, en el nivel 5, el sujeto reconoce la existencia de su Ser verdadero, adquiere la conciencia del real significado de la diferencia entre mundo absoluto y relativo, y además es capaz de reconocer la verdadera individualidad de los «otros», como seres absolutos, iguales a él mismo.
Nivel 6. Aparición de poderes; conciencia de la inexistencia del azar y de la existencia de patrones supraindividuales. Comienzo de la fe y de la conciencia de unidad, manteniendo (sin embargo) la identidad del Ser.
En este nivel aparecen los poderes. El sujeto que ha llegado a la conciencia del Ser ha establecido un contacto directo con la estructura sintérgica del espacio, y por tanto, es capaz de modificarla.
Por otro lado, en este nivel, la experiencia de atemporalidad e inmortalidad se hace patente. Además de la aparición de los Poderes, en el nivel 6 el Ser se da cuenta de la inexistencia del azar y de la existencia de los patrones del Ser. Esto último da lugar a la aparición de la fe verdadera y de la conciencia de unidad. Sin embargo, esta última no implica (en este nivel), la desaparición de la individualidad en relativa separación, aunque se activa el diálogo con el mundo. El sujeto todavía se siente separado de los objetos y mantiene viva la dicotomía sujeto-objeto y la separación entre mundo relativo y absoluto.
Nivel 7. Desaparición oscilante de la «dicotomía» objeto-sujeto.
En el nivel 7 cuando comienzan a desaparecer estas dicotomías y el Ser oscila entre una sensación de separación individualizada y una experiencia de fusión con el todo que se vive como aterrorizante por su novedad y aparente peligro de pérdida del último punto de referencia (el ser individual).
Es solamente cuando se logra trascender el terror y se reconoce que en la unidad no existe pérdida de la existencia que se penetra al nivel 8 o de unidad.
Nivel 8. UNIDAD. Desaparición de «dicotomías» (relativo-absoluto, unidad-individualidad, objeto-sujeto).
Aquí desaparecen todas las dicotomías y ya no es posible hablar ni siquiera de la existencia de un mundo absoluto separado de un mundo relativo. La experiencia pura aparece aquí.
Nivel 9. TAO.
Por último, en el nivel 9 se experimenta el inefable Tao.
Es importante aclarar que la existencia de los diferentes niveles no implica que un sujeto solo permanezca en uno de ellos con exclusión de los demás. De hecho, cada vez que alguien logra trascender una estructura de los niveles 3 y 4, un salto ocurre en el que se logran experiencias asociadas con niveles más avanzados.
Sin embargo, mientras quede una estructura por ser trascendida, el sujeto retornará a resolverla.
Una de las más básicas leyes de la lógica de los patrones es que el «Magister Ludi» presentará al observador con aquellas experiencias que a este último lo conectarán con una estructura no trascendida, (el número suficiente de veces) hasta que logre trascenderla.
De hecho, la aparición de patrones está íntimamente asociada con la direccionalidad desde el nivel O hasta el nivel 9 del continuo individualidad-unidad.
Información extraída del libro «El espacio y la consciencia» de Jaocobo Grinberg