El estudio fisiológico del cerebro comparte una creencia con su contrapartida filosófica: la convicción de que el mundo exterior es una descripción basada en procesos y operaciones que tienen lugar en nuestro interior.
Aunque existan diferencias metodológicas, tanto la fisiología como la filosofía plantean las mismas preguntas y llegan a la misma conclusión. Al leer a Spinoza y su convicción de que el universo en su conjunto es una unidad, no podemos hacer menos que preguntarnos cuál es la diferencia real entre sus pensamientos y los planteamientos actuales que consideran al cerebro como una unidad compuesta de estrellas neuronales. O, por tomar otro ejemplo, los análisis de Berkeley sobre el fenómeno de la percepción basado en las ideas y el moderno postulado fisiológico que explica la experiencia perceptual según la activación de patrones neuronales de respuesta.
Incluso la monadología de Leibniz parece tener una base neurofisiológica. En el libro La creación de la Experiencia veremos, la concepción de un cuanto mínimo de espacio y la idea de patrones complejos de respuesta neuronal en estructuras polimodales concuerdan con la descripción que el propio Leibniz hace de la mónada:
Cada uno de nosotros siente todo lo que sucede en todo el universo, de forma que alguien que viera todo podría leer en cualquier cosa todo lo que ha sucedido y todo lo que sucederá, percibiendo en el momento presente lo que está alejado en el tiempo y en el espacio.
La fisiología contemporánea ha generado una cantidad de datos más que suficiente para que empecemos a considerar la posibilidad de tratar de integrarlos en un cuerpo teórico comprensivo y racional. El doctor Jacobo Grinberg ha llegado a la conclusión (1988) de que todo lo que existe no es más que un nivel particular de conciencia, incluyendo aquello que llamamos materia. Esta idea es explicada en el último capítulo del libro la creación de la experiencia y en su conclusión.
Términos tales como campo cuántico, continuo espacio-tiempo y espacio de alta sintergia son empleados con el mismo significado. De igual manera, se emplean como sinónimos el si mismo, el yo puro y el procesador central. El libro es gracias a muchas mas personas de las que se puede mencionar, por las ideas que han proporcionado. El doctor Jacobo Grinberg expresa su gratitud especialmente a Alberto Guevara-Rojas, Héctor Brust Carmona, E. Roy John, Karl Pribram, John Legion Cooke, Gerardo Bueno Zirión, Joana Ornelas, Andrea Gold, Jenny Lewis y Diego Rapoport.