“El Espacio contiene la información total del resto de los puntos y que debe existir una estructura capaz de contener tal información. La Mecánica Cuántica ha bautizado con el término “Lattice”, a esta estructura.
La Lattice enrejado o celosía debe poseer una capacidad de inclusión informacional colosal para permitirle contener toda la información del Universo en cada uno de sus puntos. Los Indios Guaraníes han querido expresar la misma idea utilizando una escritura textil. Ellos tejen sus ideas expresándolas a través de telas bordadas. La tela que representa el Espacio la fabrican haciendo incidir, en cada punto de la misma, los hilos del resto”.
Jacobo Grinberg-Zylberbaum | La Teoría Sintérgica.
Los filtros de la realidad
La Lattice en su estado puro no distorsionado es la consciencia pura. El cerebro al distorsionar la Lattice penetra en los diversos niveles de la consciencia. De acuerdo con la mecánica cuántica, el espacio-tiempo posee una estructura básica de total coherencia y simetría a la que se denomina lattice. Características de la Lattice
- La Lattice en su estado más fundamental es consciencia pura sin contenido alguno.
- Antes de cualquier distorsión, en la Lattice no se puede encontrar traza alguna de materia. Por lo tanto, en su seno no existe ni gravitación ni tiempo pero tampoco objeto alguno.
- Cualquier partícula elemental es una distorsión, también elemental de la Lattice. Un objeto complejo es una distorsión, también compleja, de Ia misma Lattice.
- La Lattice es la estructura de mayor sintergia. Sintergia es una medida de la coherencia, densidad informacional y redundancia de una información. Mientras mayor valor tengan las variables anteriores mayor será la sintergia.
- Una de las características de Ia Lattice es su enorme capacidad de concentrar información en cada uno de sus puntos; otra de sus cualidades es su infinita maleabilidad, lo que le permite asumir cualquier tipo de distorsión y su asombroso poder de interconexión. Estas tres características hacen que cada uno de los puntos de Ia Lattice sea capaz de contener (inscrita en su estructura energética) Ia información total de todo lo que sucede en su seno, es decir, todas sus distorsiones.
En términos más coloquiales, lo anterior significa que cada punto del universo contiene toda Ia información de este último y que cualquier evento que acontezca en alguna zona del mismo afectará a todos y cada uno de sus puntos. En otras palabras, el universo tiene una organización holográfica y Ia Lattice es su estructura pre-espacial sustentadora.
El cerebro humano es capaz de distorsionar a la Lattice y, de hecho, lo hace a cada instante. La distorsión que el cerebro humano efectúa sobre la Lattice es de tal complejidad que no existe instrumento conocido que lo pueda medir o representar, excepto el propio cerebro. La representación de la distorsión hipercompleja que el cerebro realiza sobre la Lattice la percibimos como la realidad perceptual. De esta forma, el mundo que vemos resulta de la distorsión que nuestro cerebro hace sobre la estructura del pre-espacio. A esta distorsión que resulta de la actividad cerebral la teoría sintergica la denomina campo neuronal.
Puesto que el campo neuronal es una resultante emergente de la actividad de todo el cerebro, sus características dependerán de los modos de la actividad cerebral.
El cerebro humano es capaz de distorsionar a la Lattice y, de hecho, lo hace a cada instante. La distorsión que el cerebro humano efectúa sobre la Lattice es de tal complejidad que no existe instrumento conocido que lo pueda medir o representar, excepto el propio cerebro.
La representación de la distorsión hipercompleja que el cerebro realiza sobre la Lattice la percibimos como la realidad perceptual. De esta forma, el mundo que vemos resulta de la distorsión que nuestro cerebro hace sobre la estructura del pre-espacio. A esta distorsión que resulta de la actividad cerebral la teoría sintergica la denomina campo neuronal.
Puesto que el campo neuronal es una resultante emergente de la actividad de todo el cerebro, sus características dependerán de los modos de la actividad cerebral.
El mundo visual, por ejemplo, resulta de la creación de un campo neuronal con ciertas características que logra distorsionar la Lattice en una forma particular. El mundo auditivo resulta de un campo neuronal con características diferentes y lo mismo puede decirse de cualquier modalidad sensorial.
Puesto que la consciencia es un atributo propio de la Lattice, la distorsión específica que un campo neuronal provoque sobre la estructura del pre-espacio activará un modo específico de consciencia. En términos más estrictos, una forma particular de percibir depende de la activación de un campo neuronal específico y de su interacción con la Lattice.
Debido a que cada punto de la Lattice contiene información acerca de todo el universo y que la percepción surge como resultado de la interacción entre el campo neuronal y la Lattice, podría pensarse en la posibilidad de una percepción total u omnisciente.
Esta posibilidad se realiza en la iluminación. Fuera de ella, en la percepción normal, el campo neuronal solamente es capaz de interactuar congruentemente con zonas o niveles parciales de la Lattice. A este mecanismo, la teoría sintergica lo denomina «Factor de Direccionalidad».
El factor de direccionalidad al enfocarse en una zona restringida de la «interacción» entre el campo neuronal y la Lattice, hace que solo esta zona, con exclusión de todas las demás, penetre al campo de la percatación. Esta percepción parcial se produce porque el campo neuronal no posee la pureza suficiente y entonces actúa como un filtro de la Realidad (Yo Puro). Por lo tanto, el campo neuronal es el filtro de la Realidad.
La impureza de un campo neuronal resulta de una actividad cerebral poco coherente y contaminada por memorias aberradas y estructuras cognitivas pobres. De hecho, recientes descubrimientos electrofisilógicos indican que el cerebro humano es capaz de detectar información sutil proveniente de otros cerebros, aún a distancia. Esta capacidad se encuentra dada por la misma naturaleza del cerebro, sin necesidad de entrenamiento alguno. Sin embargo, el ruido del sistema cerebral hace que esta detección pase desapercibida puesto que se confunde con una actividad de fondo que nunca está en silencio. Este ruido de fondo se incorpora en el campo neuronal y actúa como un filtro que impide una interacción pura con la Lattice.
La percepción de una imagen visual, de un sonido y del mundo en general, resulta de un proceso cerebral muy complejo en el cual el campo neuronal y su interacción con la Lattice son los últimos pasos.
Cuando vemos un objeto, lo que percibimos es la resultante final de todo un proceso y no el objeto en si. Si el proceso que da como resultado la imagen del mundo está lleno de impurezas, la imagen las contendrá. Puesto que al percibir la realidad (plano físico) la confundimos con la Realidad (Yo Puro) y nuestro sentido común nos dice que lo que vemos existe «allá afuera» tal y como lo percibimos, las impurezas añadidas al proceso se confundirán con la Realidad en si y de todo ello saldremos con la convicción de que la Realidad y la realidad que percibimos son idénticas.
No importa que alguien nos prevenga de nuestro error, asumiremos siempre que no estamos equivocados y que no participamos en la creación de nuestras imágenes sino como elementos pasivos. Los únicos verdaderamente capaces de no distorsionar la Realidad y verla tal cual es, son los seres que han alcanzado la iluminación porque han podido purificar sus procesos internos al grado de que no incorporan ni sus prejuicios, ni sus deseos, ni sus memorias y estructuras en los mecanismos cerebrales encargados de la activación de sus campos neuronales.
Mientras esta incorporación se siga produciendo, todo se percibirá filtrado y matizado ya sea por el estado de ánimo, por la importancia personal o por cualquier estructura distorsionadora. Precisamente debido a esto, todas las tradiciones hacen tanto énfasis en el logro de la vacuidad o nulificación y a lo que se refieren es a la eliminación de las «basuras» cerebrales que le quitan la coherencia al campo neuronal.
Un campo neuronal se parece más a la Lattice en su estado puro, mientras menores errores de codificación existan en la actividad cerebral que le da origen. Recientemente tuvimos la oportunidad de registrar la actividad cerebral de uno de los más importantes chamanes mexicanos, Don Rodolfo, originario de Jalapa (Veracruz). Al hacer un análisis de su coherencia cerebral, observamos que esta era muy elevada y que aumentaba en altas frecuencias, exactamente tal y como lo había predicho la teoría sintergica y de acuerdo con la idea de que un cerebro con mínimas impurezas debe funcionar en un estado de alta unificación interna y elevada densidad informacional (alta coherencia en frecuencias elevadas).
Al igual que en la estructura pre-espacial, en la que cada punto contiene información de la totalidad, en el cerebro existen circuitos cuya labor es unificar información. Sin esta labor de unificación, ni el lenguaje, ni el pensamiento o los procesos conceptuales serían posibles.
El problema de contaminación cerebral (al que hemos hecho referencia) aparece cuando durante los procesos de unificación se añaden datos alterados o inexactos. El color rojo como visto se representa en la palabra rojo y esto no ofrece distorsión alguna si en el proceso cerebral de unificación del vocable rojo no hay incorporadas memorias en donde lo rojo se asoció con algún evento doloroso, pero en el caso de que si, la unificación cerebral contendrá un dato distorsionador que no pertenece a lo rojo en si.
Puesto que los productos de la unificación interfieren con la percepción en si (a través de su incorporación en el campo neuronal y por mecanismos de retroalimentación), esta se verá afectada, ya que existe una confusión entre la resultante de la percepción y el estímulo que la produce, la Realidad de lo rojo se confundirá con la realidad dolorosa de lo rojo y este así será percibido. Por ello, cuando se comienza a ser consciente de las influencias personales que matizan la percepción y se logra diferenciar la distorsión personal que se incluye en el acto de percepción de la percepción misma, se da un primer paso en el camino hacia la iluminación.
Los procesos cerebrales de unificación, cuando no se encuentran distorsionados, son básicos en el camino correcto que lleva a la percepción pura de la Realidad, porque esta última, para el iluminado, es Una.
De esta forma, las operaciones cerebrales de unificación son esenciales porque mediante ellas se comprende la posibilidad de una unificación total.
El campo neuronal, por otro lado, es el mecanismo vivencial de la unificación porque al ser parte de la Lattice, la experiencia que de él resulta comparte la misma sustancia con el resto de la creación. Mientras más unificada sea la actividad cerebral y menores errores de codificación se contengan en las operaciones de los circuitos de unificación, el campo neuronal resultante será más parecido a la Lattice en su estado fundamental y activará la experiencia asociada a la consciencia de la Lattice en su estado no distorsionado.
Esta experiencia no puede ser otra más que la de la Realidad y su sabor, el de la iluminación. Para que las operaciones cerebrales, encargadas de la unificación de la información, no contengan errores de codificación es absolutamente indispensable aceptar íntegramente la información que codifican.
Esta aceptación permite la incorporación de un número cada vez mayor de experiencias dentro de la unidad; por ello, la estrategia de la aceptación es tan congruente con la actividad psicofisiológica sana. La incorporación, en la unidad, de nuevos contenidos informacionales hacen que estos queden representados en el campo neuronal.
Un campo neuronal así expandido en contenidos los unifica en su propia sustancia y aproxima su morfología al de la Lattice en su estado puro, en donde cada uno de sus puntos contiene la información total del universo, por lo que, campo neuronal y Lattice unificados no dejan lugar para ninguna dicotomía ni para separación alguna entre sujeto y objeto.
Aceptar no significa conformarse. Se acepta para permitir que la información, tal cual es, sin distorsiones, pueda ser codificada, elaborada y transformada. La única forma de depurar un proceso es aceptándolo, primero, y esto es válido también, sobre todo, para el procesamiento cerebral de la información y para el logro de una unificación adecuada de la misma.
Cuando se da la unificación total y el campo neuronal deja de diferenciarse de la Lattice en su estado puro, desaparece el campo neuronal y la que subsiste es la consciencia pura. En esta condición, el conocimiento, el conocido y el conocedor se vuelven uno y lo mismo, porque en el conocerse y comprenderse a uno mismo en ese estado se comprende y se conoce todo lo que existe.
Extraído del Libro «El Yo como idea» Capítulo 14 de Jacobo Grinberg.