Después de haber eliminado toda las «sombras teológicas» proyectadas sobre los valores culturales de la modernidad, Nietzsche parece emprender su labor más ambiciosa: bosquejar una nueva ética de sí, una nueva naturalización del ascetismo. «»Ciencia jovial»: esta expresión mienta las saturnales de un espíritu que ha resistido, pacientemente, una larga y terrible presión –paciente, rigurosa, fríamente, sin sumisión, aunque también sin esperanza– y que ahora, de repente, queda arrebatado por la esperanza, por la esperanza en salud, por la embriaguez de la salud […]» La ciencia jovial no es simplemente uno de los mejores acercamientos al espíritu libre ilustrado, también es un balance de los intereses temáticos del recorrido intelectual llevado a cabo por Nietzsche desde 1876: la crítica de la moral en los valores epistemológicos, éticos y estéticos y la tarea de la transmutación.