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Siempre es un buen momento 
para aprender.

La Meditación AUTOALUSIVA desarrollada por Jacobo Grinberg

Para el desarrollo de esta técnica han concurrido muchos esfuerzos, en particular los del Instituto Nacional para el Estudio de la Conciencia, INPEC. Fue precisamente en el Centro Regional del Estado de Puebla, del INPEC, que se realizaron varios seminarios explicativos de la meditación autoalusiva, dirigida por el NEUROFISIÓLOGO Y PSICÓLOGO mexicano Jacobo Grinberg que dieron por resultado la motivación para obtener estos resultados.

La meditación autoalusiva es una técnica natural, basada en los procesos normales de desarrollo e ideada para estimular a este ultimo en una forma consciente, activa y en perfecto acuerdo con la Realidad tal cual es.

Niveles de algoritmización

Un algoritmo es una formula, patrón o código que incorpora información en su estructura. Los estados homeostáticos mentales son estados algorítmicos. Estos estados de equilibrio se sustentan en el logro y activación de algoritmos cerebrales.

Para que un, cerebro active un patrón algorítmico debe contar con la
estructura anatómica y con los mecanismos de codificación adecuados, a fin de unificar e integrar una gran cantidad de datos en un patrón que los incluya. A esta inclusión se le denomina autoalusiva cuando el patrón logra incorporar toda la información cerebral del presente.

La autoalusión permite contemplar la característica común de un sistema. A esta característica común se le ha dado en llamar de diferentes formas; la esencia del sistema, su espíritu o carácter
básico.

Mientras mayor información se encuentre concentrada e integrada en el nivel algorítmico autoalusivo, este es más estable. Tal estabilidad significa que el patrón algorítmico conserva su estructura, independientemente de las modificaciones de la información de la cual se nutre.

Por otro lado, si existiera alguna técnica que estimulara el desarrollo naturalmente, impulsando la unificación, la creación algorítmica y la autoalusión esta técnica podría satisfacer el legítimo anhelo humano de situarse en un proceso de crecimiento significativo y tendiente al logro del contacto con la Realidad.

Esta técnica existe y es la meditación autoalusiva.

El acercamiento a la realidad

Según la teoría sintergica, el cerebro crea un campo de interacciones capaz de modificar la estructura de la matriz del espacio-tiempo. Esta alteración unifica la actividad cerebral con el resto de la creación en diferentes niveles, dependientes de la densidad informacional del campo neuronal, su coherencia y frecuencia, es decir, su sintergia. A mayor sintergia del campo, mayor unificación. A su vez, la sintergia del campo neuronal depende del poder algorítmico de los patrones neuronales de inclusión que el cerebro ha logrado activar.

Existen diferentes niveles de la conciencia, cada uno de los cuales depende del nivel sintergico del campo neuronal y del poder algorítmico del patrón neuronal de inclusión. En cada uno de estos niveles se activan experiencias reales, pero la Realidad de la cual surgen es la de la Unidad total. La experiencia de la Unidad es la experiencia de la Realidad.

La experiencia autoalusiva

La experiencia autoalusiva, es decir, la observación de la totalidad de uno mismo en el momento presente, no es una vivencia pasiva, sobre todo cuando la autoalusión es del tipo sin límites. En otras palabras, cuando lo resultante de la autoalusión se vuelve a someter a observación y así sucesivamente en un proceso constante y continuo.

La autoalusión sin límite se puede continuar hasta que la capacidad algoritmizadora del sistema es sobrepasada. En ese momento, el sistema debe adquirir nueva información e integrarla hasta lograr decantar un novedoso algoritmo que puede ser sometido a autoalusión.

La experiencia autoalusiva es una experiencia de unificación que recibe, por lo tanto, la misma energía vitalizadora que ha guiado el proceso evolutivo. Por ello, esta experiencia, más que pasiva, es extática y, más que ecuánime, es de Gracia.

La mente comaprtida

La mente es compartida y no privada. Los pensamientos y el estado de conciencia de un sujeto se comunican directamente a otros sujetos. La mente, en realidad, forma parte de la misma interacción de campos de la cual surge la experiencia sensorial. Por ello, el contenido de la mente está inscrito en la misma lattice del campo cuántico, de la cual forman parte todos los campos neuronales.

Cuando sé autoalude, indefectiblemente se observan contenidos que pertenecen a otras mentes con las cuales se mantienen relaciones. En cierto nivel de autoalusión, el ego personal se diluye y lo único que persiste es el acto de observación, trascendida la personalidad condicionada. No es una desaparición de la individualidad, sino más bien su expansión.

La realidad

No existe cuerpo ni mente ni nada que autoaludir. No hay pensamientos que perturben el estado de existencia pura sin límites.

Todo forma parte de lo mismo, no existen ni secciones ni niveles, solo paz y existencia. Todo vibra y es vital, todo produce amor y pertenece al mismo Ser y el es yo y yo soy el.

Constantemente se crea, pero no existe separación alguna entre creador y creación y todo es Uno.

El arribo a la Realidad es inconfundible, no existen dudas ni consideraciones analíticas, ni cuestionamientos; simplemente se está allí, aunque no se puede localizar en ninguna parte.

Practica de la meditación autoalusiva

En la Unidad No existe en ella inconsciencia ni materia ni objetos ni personas separadas. Todos son el mismo Ser y este es Uno, pero no es amorfo. Existe en total equilibrio y amor, existe en paz y más allá del pensamiento. Es la Realidad.

1. Fortalecimiento de la atención: anapana

La práctica de la meditación autoalusiva está basada en la observación y esta, para ser efectiva, implica el fortalecimiento de la atención. Por considerar que la atención es la herramienta fundamental, este capítulo está dedicado a su manejo y fortalecimiento.

Cualquier objeto o actividad puede ser utilizado para fortalecer la atención; pero, entre todos, el propio cuerpo y los movimientos respiratorios son los más adecuados. Al mantenimiento de la atención en estos últimos el budismo lo denomina Anapana.

2. Observación del cuerpo: vipassana

En esta técnica, el practicante aprende a sentir su cuerpo, primero parte por parte y más tarde en su totalidad, basta experimentarlo como una unidad.

Se recomienda al practicante de Vipassana ejercitarse en esta técnica en el mismo lugar limpio, ventilado y libre de insectos, en el cual practica su Anapana y como continuación de la misma. En otras palabras, el practicante se sentara cómodamente, cerrara los ojos y comenzara a concentrar su atención en sus movimientos respiratorios hasta lograr mantenerla fija y sin desviaciones.

3. Observación de la mente

La mente no existe como una entidad concreta e independiente ni como un objeto delimitado separado de otros objetos. Al hablar de la mente no se hace referencia a la existencia de una masa materializada que posee atributos sensibles tales como color, forma, textura o localización en algún lugar del espacio. Más bien, se hace referencia a un proceso dinámico que se manifiesta en forma de pensamientos, memorias e imágenes.

Por ello, la observación de la mente es la observación de los contenidos de la misma. En el contexto de la meditación autoalusiva, la observación de los contenidos de la mente se realiza hasta lograr que el sujeto de la experiencia sea capaz de observar el origen, mantenimiento y desaparición de cualquier pensamiento, memoria o imagen sin identificarse con ellas, es decir, hasta que el sujeto de la experiencia se convierta en el Observador de la mente.

La mejor forma de lograr lo anterior, es adoptar la misma postura de meditación que en Anapana y Vipassana pero atendiendo al Observador.

4. Observación de las emociones

Solamente nos hacen falta dos pasos más para poder describir la técnica de la meditación autoalusiva, que son: la observación de los componentes emocionales de nuestra psique, llámenseles a estos sentimientos o simplemente emociones, y la observación de patrones.

La observación de las emociones es difícil, porque casi siempre nos identificamos con nuestros estados emocionales, por lo que una observación desapegada de los mismos resulta todo un reto.

Nos sucede algo parecido a lo que acontece con nuestro papel social. Es relativamente fácil identificarse con él, sobre todo porque la sociedad constantemente nos impone esa identificación. Pero de la misma forma en la que el papel social es un juego y nunca nuestra identidad real, así nuestras emociones (como nuestros pensamientos) pueden ser observadas desde una plataforma ecuánime, desapegada y no identificada con sus contenidos de observación. Desde esta plataforma, las emociones y los pensamientos se ven pasar, como si estuvieran pasando por sí solos.

5. Observación de Patrones

Puesto que esta técnica implica la capacidad de algoritmización, la práctica de la autoalusión se fortalece si previamente a su instrumentación se realizan ejercicios algorítmicos. Estos ejercicios se describirán en este capítulo y consisten en la observación de patrones.

La Naturaleza ofrece una multitud de formas sostenidas por patrones, desde la hoja de un árbol con la disposición de sus líneas basta las ondas regulares de las dunas arenosas y los patrones blanquecinos de las nubes.

La observación de patrones consiste en atender sostenidamente cualquier objeto, tratando de descubrir entre sus formas alguna disposición regular que se constituya en patrón. 

Se podría iniciar el ejercicio observando atentamente una flor o una hoja de árbol. Mientras mayor sea el tiempo sostenido de observación y más patrones se logren descubrir, mejor.

La meditación autoalusiva

Realizado todo lo anterior, estamos preparados para la práctica de la meditación autoalusiva. Se sugiere al meditador sentarse cómodamente en el lugar que ha escogido para todas las prácticas previas o en cualquier otro lugar tranquilo, ventilado y libre de insectos.

Con los ojos cerrados y la espalda derecha, la meditación autoalusiva sé inicia fortaleciendo la atención, concentrándose en la entrada y salida del aire a los pulmones durante la respiración. Esta debe ser rítmica, pausada y tranquila.

Se continúa esta práctica de Anapana hasta lograr mantener la atención fija en los movimientos respiratorios y en las sensaciones provocadas por el aire al pasar por las cavidades nasales y penetrar en el organismo, después, al salir de este atendiendo todos los detalles del proceso.

Una vez fortalecida la atención y sin que haya habido distracciones de un solo movimiento respiratorio durante unos minutos, la atención se lleva hacia el vertex o parte superior de la cabeza para sentir allí las sensaciones corporales que existen en ese punto y a partir de allí empezar a recorrer el cuerpo en la práctica de Vipassana.

Tanto durante Anapana como Vipassana, a los pensamientos que puedan surgir durante la práctica ni se les reprime ni se les desvía. Simplemente se permite su acontecer libre observándolos con placidez, ecuanimidad y sin identificarse con ellos.

Una vez logrado lo anterior, se observan simultáneamente las emociones, sus cambios corporales, la mente y sus pensamientos, el cuerpo y la respiración en una nueva unidad que los incorpora a todos.

A esta observación de la unidad de todos los componentes de la experiencia susceptibles de ser contemplados se les denomina “observación-de-la-totalidad-de-uno-mismo-en-el-presente». Obviamente esta observación de la totalidad no es de la totalidad de todo el Universo sino únicamente de la que es posible realizar en el presente. La observación de-la-totalidad-de-uno-mismo-en-el-presente es la meditación autoalusiva en sus componentes.

EI siguiente paso en la técnica consiste en observar la resultante de la unión de todos los elementos de uno mismo en la sensación de mismidad o del sí mismo.

Al igual que en la observación de las emociones como tales y en la observación «disecada» de los componentes corporales, viscerales y vegetativas que las acompañan, la contemplación autoalusiva de uno mismo consiste en la observación disecada de todos los componentes de la experiencia susceptibles de ser observados y de la observación de la resultante unificada.

Cuando se logra autoaludir sin secuencias intermedias, el siguiente paso en la práctica es mantener la observación autoalusiva en forma permanente. Para ello, es necesario fortalecer la atención focalizada que impida la distracción y mantenga la observación durante la vida cotidiana.

«Es mi mayor deseo que este libro ayude a impulsar el autoconocimiento y la conciencia». Jacobo Grinberg

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Jacobo Grinberg

NEUROFISIÓLOGO Y PSICÓLOGO

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